Pensemos en los ‘20, década de varios primeros hitos:
Yrigoyen es el primer presidente bajo la Ley Saenz Peña, la Primera Guerra Mundial ha dejado espacio para la incipiente Industria Nacional y la radiodifusión produce sus primeras ondas de la mano de cuatro jóvenes y un transmisor de 5 vatios.

Para finales de 1923, el Ministerio de Marina, encargado de regular los espacios de radio, reconocía a cinco transmisoras oficiales:

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Pero este año, más que ser recordado por las primitivas siglas identificatorias, fue el año en que Luis Ángel Firpo retó a Jack Dempsey, campeón mundial de box, y fue transmitido casi en directo

El 14 de Septiembre de 1923, desde el ring del Polo Grounds de Nueva York se transmitió la pelea a Transradio Internacional, en Villa Elisa, La Plata, y de ahí a Radio Sudamérica y finalmente a Radio Cultura.

Reunidos frente a las oficinas del diario Crítica,
una multitud de fanáticos escuchaba la locución
de la pelea. El festejo parecía próximo cuando
Firpo hizo volar del ring a su contrincante,
pero la localía marcó la ventaja: Dempsey,
una vez devuelto al ring, noqueó a Firpo.


Dicen los presentes que entre los vituperios,
la voz del locutor ofreció la noticia con gran
tacto: “Luis Ángel Firpo, el futuro campeón
mundial de todos los pesos, perdió por
knock out en el segundo round.”

Bastaron unos largos seis minutos para marcar una generación entera. Julio Cortázar, declarado fanático del box, escribe “El noble arte” (La vuelta al día en ochenta mundos), donde recuerda la transmisión del combate Firpo vs Dempsey:
“Fue una noche triste; yo, con mis nueve años, lloré abrazado a mi tío y a varios vecinos ultrajados en su fibra patria”.

Cortázar habla de su mala pronunciación. “Cortázar lee a Cortázar”. Anécdota sobre speaker de box.

Luego del box, el fútbol. Y con aditamentos: dada la popularidad de las transmisiones radiales, comenzaron a venderse parlantes para las radios de galena.

 

 

El primer partido transmitido por la radio fue un clásico: el enfrentamiento de la selección argentina contra la uruguaya. El 28 de Septiembre de 1924, en la cancha de Sportivo Barracas, comenzó a disputarse el partido que terminaría una semana después: tuvo que ser suspendido a los pocos minutos de comenzar porque el público se abalanzó sobre la cancha.

Miles de personas pudieron festejar
los goles de Tarascone y Onzari;
muchas de ellas, reunidas afuera de
los negocios de radios, donde los
flamantes parlantes hacían gala.

Pensemos en los ‘20, década de varios primeros hitos: Yrigoyen es el primer presidente bajo la Ley Saenz Peña, la Primera Guerra Mundial ha dejado espacio para la incipiente Industria Nacional y la radiodifusión produce sus primeras ondas de la mano de cuatro jóvenes y un transmisor de 5 vatios.

Para finales de 1923, el Ministerio de Marina, encargado de regular los espacios de radio, reconocía a cinco transmisoras oficiales:

Pero este año, más que ser recordado por las primitivas siglas identificatorias, fue el año en que Luis Ángel Firpo retó a Jack Dempsey, campeón mundial de box, y fue transmitido casi en directo

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El 14 de Septiembre de 1923, desde el ring del Polo Grounds de Nueva York se transmitió la pelea a Transradio Internacional, en Villa Elisa, La Plata, y de ahí a Radio Sudamérica y finalmente a Radio Cultura.

Reunidos frente a las oficinas del diario Crítica, una multitud de fanáticos escuchaba la locución de la pelea. El festejo parecía próximo cuando Firpo hizo volar del ring a su contrincante, pero la localía marcó la ventaja: Dempsey, una vez devuelto al ring, noqueó a Firpo.

Dicen los presentes que entre los vituperios, la voz del locutor ofreció la noticia con gran tacto: “Luis Ángel Firpo, el futuro campeón mundial de todos los pesos, perdió por knock out en el segundo round.”

Bastaron unos largos seis minutos para marcar una generación entera. Julio Cortázar, declarado fanático del box, escribe “El noble arte” (La vuelta al día en ochenta mundos), donde recuerda la transmisión del combate Firpo vs Dempsey:
“Fue una noche triste; yo, con mis nueve años, lloré abrazado a mi tío y a varios vecinos ultrajados en su fibra patria”.

Cortázar habla de su mala pronunciación. “Cortázar lee a Cortázar”. Anécdota sobre speaker de box.

Luego del box, el fútbol. Y con aditamentos: dada la popularidad de las transmisiones radiales, comenzaron a venderse parlantes para las radios de galena.

El primer partido transmitido por la radio fue un clásico: el enfrentamiento de la selección argentina contra la uruguaya. El 28 de Septiembre de 1924, en la cancha de Sportivo Barracas, comenzó a disputarse el partido que terminaría una semana después: tuvo que ser suspendido a los pocos minutos de comenzar porque el público se abalanzó sobre la cancha.

Miles de personas pudieron festejar los goles de Tarascone y Onzari; muchas de ellas, reunidas afuera de los negocios de radios, donde los flamantes parlantes hacían gala.